ENTREVISTA CON CATALINO «TITE» CURET ALONSO
Por: Luciano Londoño López – Publicada 29 de mayo de 2007
(Luciano Londoño es Académico Correspondiente de la Academia Porteña del Lunfardo y de la Academia Nacional del Tango (ambas de Buenos Aires, Argentina) y Asociado Correspondiente de la Academia de Tango de la República Oriental del Uruguay. Ha dictado numerosas charlas en universidades y centros culturales. Sus investigaciones y entrevistas han sido publicadas en periódicos y revistas de Colombia, Venezuela, Puerto Rico, España, Estados Unidos, México, Argentina y Uruguay. Y sus trabajos han sido incluidos o citados en 25 libros de autores de diversos países americanos).
Catalino “Tite” Curet Alonso es puertorriqueño de nacimiento y está considerado como el autor y compositor más prolífico de la “Salsa”. La entrevista que se presenta a continuación se realizó el 20 de agosto de 1990, en San Juan, Puerto Rico, gracias a la gestión y hospitalidad del abogado y musicólogo cubano Cristóbal Díaz Ayala, autor de los libros “Música cubana (del Areito al rap cubano)”: “Si te quieres por el pico divertir (historia del pregón latinoamericano)”; “Discografía de la música cubana”; “Cuando salí de La Habana (1898-1997: cien años de música cubana por el mundo)” y “Los Contrapuntos de la Música Cubana”.
PREGUNTA: “Tite” empecemos por tus inicios, tu fecha de nacimiento y demás detalles…
RESPUESTA: Yo, la fecha de nacimiento mía, la digo por que me la dicen, verdad? Yo no recuerdo, exactamente, de ese momento. Yo nací el día 12 de febrero de 1926. 12 de febrero, fecha memorable, es el día de Lincoln, un hombre que, en verdad, no es muy querido porque en Puerto Rico su nombre se asocia con el impuesto denominado “Lincoln Tax” y claro, al decir eso, Lincoln que da en bajo con nosotros. Él fue un gran hombre. Hizo unas cuantas cosas buenas por nosotros los negritos y eso siempre se lo agradecemos, mientras vivamos.
P: ¿Y en qué parte de puerto Rico naciste?
R: Yo nací en el sur, en el pueblo de Guayama. Le dicen el pueblo de los brujos. Yo nací allá, pero me crié aquí en San Juan, en Santurce, desde que tenía yo año y medio. Así que la vida mía ha sido aquí en la capital. Toda, toda la vida, aquí en San Juan.
P: ¿Cuáles son los nombres de tus padres?
R: Mi papá era un músico llamado Catalino Curet Vásquez. Mi mamá todavía esta viva. Tiene 87 años y se llama Juana Alonso García de profesión costurera, que antes le decían modista, pero era costurera de ropa fina de mujer, cosía comparsas, ajuares de novias y yo me llamo Catalino Curet Alonso, porque yo soy el “júnior”. Papá se llama Catalino y me puso el mismo nombre a mí. Eso de llamarse Catalino es como si a uno le faltara una mano o algo así…(sonrisas). Con tanto nombre lindo como hay, no te quepa duda.
P: Tite, tus inicios como compositor o tus inquietudes musicales datan desde cuándo?
R: Mi inicio fue en el año 68, con un tema que hizo “La Lupe”, que se llamaba “La gran tirana”, que hoy en día es el tema de la película del cineasta español Pedro Almodóvar, “Mujeres al borde de un ataque de nervios”. Yo empecé con este tema y después hice “Puro teatro”, “Carcajada final”… “La Lupe” fue mi hada madrina y de ahí en adelante yo seguí con gente como Santos Colón, Cheo Feliciano… Santos Colón hizo unos boleros míos muy importantes como “Somos amantes y qué”, “Engreída”, “Te ame”, que fueron primer lugar en el “Hit parade”. Hice un tema para Bobby Valentín llamado “Huracán de pasión”, que fue el que lo llevó, en verdad, a afincarse en la audición del pueblo de Puerto Rico. Hice muchos temas con Willie Cólon y Héctor Lavoe, como aquellos de “Vas junto a mí corazón”, “Presentimiento”, “Periódico de ayer”, todas esas cosas de ese tiempo…Hice con Cheo Feliciano, después eso de “Anacaona”, “Mi triste problema”… Con Cheo hice como 30 temas, de los cuales por lo menos como cinco pegaron bien. Hice con justo Betancour muchos como “Pedregal”, “De mi para puerto Rico” y he hecho canciones para todo el mundo… Para Tito Rodríguez hice un tema muy lindo que se llamaba “Tiemblas”, un bolero bonito, y Vitín Avilés hizo “Temes”.
P: ¿Antes de la salsa, del año 68, había composiciones de Tite Curet Alonso?
R: Sí había, pero eran sin estilo. Yo empecé a coger estilo de autor cuando estudié periodismo. Antes, en el 65, Joe Quijano hizo un tema mío titulado “Efectivamente”, pero después estuve sin publicar más nada, hasta el 68.
P: ¿Qué formación musical y académica tienes?
R: Bueno, yo estudié en la Universidad, un tiempo, Farmacia, Estudios sociales, pero en esas me llamaron a trabajar al correo de los Estados Unidos y yo dejé todo, porque era un buen sueldo. En él trabajé 35 años. Pero entonces, yo después estudié en la Universidad “Periodismo”, que es lo que me gusta a mí. Lo que yo conozco bien es eso. Yo de música no se más allá de solfeo y teoría musical.
P: En Colombia se lee artículos de Tite Curet Alonso. ¿Qué frecuencia tiene en el periódico tu columna?
R: Yo tengo, actualmente, dos secciones en el periódico “El mundo”, de San Juan de Puerto Rico: una que se llama “Con la música por fuera” y otra que se llama “Oyendo el disco sonar”. En esta última critico discos. En la otra doy infamaciones de música. Y en la revista “Vea”, de Puerto Rico, que es la que más circula aquí, además de ir a Nueva Cork, Miami, Chicago, Santo Domingo, yo tengo una sección que se llama “Que siga la música”, amén de reportajes que yo hago, a veces. Ese es mi trabajo principal.
P: ¿Qué¿ nos puedes contar y tararear del LP en el que hay grabaciones con la voz de Tite Curet Alonso?
R: Mira… (sonrisas), ese LP es un desastre, porque de ese LP fabricaron mil y quedan 1500. Imagínate, cómo es eso. Nadie lo compró. Es más, yo entré a una tienda y pregunté: ¿Tiene aquí el disco de Curet Alonso? Y me dijo el señor: ¿Y quién es ese? ¿Un cantante nuevo? Y yo miraba para otro lado… Nadie me conoce. Yo como cantante soy lo que fui como cuando yo aprendí a ser sastre: como cantante al igual que como sastre fui un desastre… (sonrisas).
P: Evoca alguna de esas canciones o de las tuyas que más te guste.
R: Hay una que dice (tarareando): «Tu antifaz se cayó, /sin pasar el carnaval,/ de su dolor oí…/ Eso bien cantado, por Rosario y su orquesta, fue número uno. Y había otros temas de bolero. Yo no recuerdo bien eso, porque tú sabes que los diabéticos tenemos mala memoria… (sonrisas), pero había dos temas que yo no me acuerdo exactamente.
P: Pero el abogado cubano, musicólogo y autor de libros sobre música cubana, Cristóbal Díaz Ayala, aquí presente, te refuta diciendo que, en el LP con canciones grabadas en tu voz, tú cantas con mucho gusto, entonación, ritmo y que si hubieras seguido por ese camino hubieras sido mejor que muchos cantantes que están por ahí ganándose la vida.
R: Yo debo cantar en las zonas de Puerto Rico que nunca llueve y entonces quizás la cuestión pluvial adelante.
P: Cuéntanos ¿Cuál de las agrupaciones o interpretes vocales que han hecho tus temas, te ha dado más satisfacciones al escucharlo?
R: Todos, porque son como hijos…, pero, sin duda alguna, Cheo Feliciano y yo somos amigos y cómplices de la vida… de muchas vivencias muy buenas, aparte de la música. Somos como hermanos en la vida y hemos compartido momentos muy gratos en esta existencia.
P: Y de la vida privada de Tite Curet Alonso que puede contarse? ¿Tiene hijos? ¿Estás casado? ¿Qué hacen los hijos?
R: Yo tengo dos hijos: Eduardo que estudió Electrónica y mi hija que hizo una maestría en Enfermería y trabaja en un Hospital en Washington. Ella tiene dos nietos míos y está casada con un colombiano, natural de Pasto. Yo fui casado y divorciado. Después viví con otra mujer y después… Yo siempre he estado en estado civil enamorado… (sonrisas), que es muy importante.
P: Y fuera del amor, a qué dedica sus días, en 1990, Tite Curet Alonso?
R: Yo siempre escribo. Siempre estoy escribiendo artículos para la prensa y canciones y ahora voy a hacer unos programas de radio. Una vez estuve en la televisión, de cronista musical y ahora vuelvo a la radio a hacer programas de música salsa y su historia. Porque yo he sido testigo de muchas cosas de esas. Nadie me las contó porque yo estaba dentro de ellas. Y sé cosas que nadie sabe y sé el momento como ocurrieron, dónde y a quién. Entonces yo creo que mi aporte es bueno para la historia de la salsa.
P: ¿Qué influencias tuviste para adentrarte en el mundo de la composición y la autoría de canciones?
R: Influencias, yo te las diría así: A mí siempre me influenciaron Rafael Hernández y Pedro Flores, pero más que ellos Tití Amadeo, que yo lo consideraba perfecto como autor. Como Tití se fue para Nueva York, yo nunca lo conocí. Conocía a Mike Amadeo, que es compositor y éramos amigos y siempre hablábamos, pero yo no sabía que era hijo de Tití Amadeo. Una vez ya Tití estaba mal de salud y le hicieron un homenaje en la Colonia Hispanoamericana de Bayamón y yo fui a conocerlo, porque iba a conocer a mi ídolo. Y cuando llegué me encontré a Mike. Le dije, ¿Qué tú haces aquí Miguel Ángel? Y él me dijo: Es por mi papá. Yo le contesté: Me dan ganas de darte un puño, ¿por qué no me dijiste nunca que tú eras hijo de Tití?… Y al año Tití se murió y yo dejé haciendo, en el estudio de grabación, un disco de Cortijo y su Combo para irme al velorio de Tití y después dejé de hacer la supervisión de la segunda parte del disco, Cortijo lo hizo solo, para irme al entierro de Tití. Yo a mi ídolo lo cargué después de muerto. Eso me satisface, porque fue mi ídolo y yo lo cargué… Yo lo llevé a la tierra de mi tierra. Yo con mis propias manos, a mi ídolo. Eso siempre es algo que nunca se me olvida. El haberlo hecho entre Miguel Ángel Amadeo, el hijo de él, y yo nos hizo como hermanos. Cargamos, en la cabecera del desfile, a su padre.
P: Fuera de la salsa, ¿qué otro tipo de canción o música le gusta a Tite Curet Alonso?
R: Yo he escrito muchos vallenatos, que los grabó una cantante de Venezuela llamada «Arabela». Algunos títulos son: «Rosa de Colombia» que dice (tarareando): «Yo la busqué por toda Cartagena/ y me metí allá en Valledupar,/ ella cantaba tangos de Gardel,/ la noche que se fue de Bogotá./Rosa de Colombia…/ y otro que hizo Andy Montañez que dice (tarareando): «Aidee, si por cualquier motivo no positivo,/rompes conmigo y te vas/’. Esos son vallenatos. El vallenato tiene una caída en un puntillo y en unos medios tonos que caen en el tono a la vez. Y ahora estoy haciendo vallenatos para el «Conjunto ABC», de Jesús Cepeda y para Ismael Miranda. Yo creo en el vallenato, porque es uno de los ritmos más aplomados que hay en la América del Sur y más cómodos y fáciles. Yo creo en eso, sin ser García Márquez, creo en el vallenato… (sonrisas).
P: ¿Qué canciones, de otros, te gusta escuchar?
R: A mí me gusta mucho el jazz y la música brasilera. Yo soy loco con la música brasilera, porque la hermana mía de crianza Antonia Maura fue esposa del hermano de Ary Barroso y entonces ella empezó, en el año 43, a envíarme revistas del Brasil y a veces me mandaba discos y yo los veía y el lenguaje me ponía medio loco, porque no entendía lo que decían, pero después entendí que el portugués era un español mal hablado y entonces empecé a estudiarlo y lo aprendí. Y mi hermana que vivió con el idioma nunca lo aprendió. Yo hablo portugués mejor que el inglés. He traducido muchas canciones del portugués al español: a Nelson Ned, a Martigna, a Cardozo. Yo era traductor, casi oficial, de la «Copacabana disco» de Sao Paulo.
P: ¿Qué canciones, que no sean tuyas, te hacen sentir bien, te hacen evocar cosas?
R: Hay un compositor de Mayaguez que hizo un tema que dice (tarareando): «Ensueño que tuvo mi mente maleficadora». Este compositor es de Mayaguez, su nombre no lo recuerdo ahora e hizo otra que dice (tarareando): «Hoy te vuelvo a evocar,/ hoy, ni ganas me da por pensar/ que es lo que has sido que cruel es tu olvido,/” Entonces esa canción siempre a mí me ponía la carne de gallina, me hacía recordar romances viejos. Y una canción que hizo Joe Valle que dice (tarareando): «Promesa que nunca cumpliste,/ que con falsedad heriste a mi corazón./ Promesa con que soñaba/ y me despertó al ver de cerca al dolor/” Esa canción es del pianista de la orquesta de César Concepción. Es un bolero terrible que a mí me daba duro. Pero la que más duro me ha dado a mí es una canción de Pedro Flores que dice (tarareando): «Yo si que estoy vencido/ que me tiene padeciendo un amor desesperado,/ que sufro mucho porque no me quiere/ y sin embargo sigo enamorado/”. Ese bolero, donde quiera que estaba Piquito Marcano con su Cuarteto y yo llegaba, él lo tocaba, porque sabía que me estaba dando una patada en la cara…(sonrisas). ¡Canciones lindas! ¡Canciones muy bonitas! Esas tres canciones a mí siempre me llegaron y aquella, de Roberto Carlos, “La distancia”, me ponía a mí muy mal…(sonrisas).
P: Cuáles temas de Tite Curet Alonso son los que más le gustan a Tite Curet Alonso?
R: A mí, como gustarme, uno que hizo Santos Colón, que dice (tarareando): “Te amé, que fácil yo de ti me enamoré,/con fiebre ciega y sin pensarlo me entregué,/ por qué negar que rodé,/ como un esclavo a tus pies/”. Ese fue uno de los temas que más me gustaban a mí y uno que hizo Cheo Feliciano que se llama “Tema de tu regreso” (tarareando): “Me envuelve tu mirar,/ como un ave de luz./Ella, sensualidad, vive aquí en mi ser un drama de placer,/ que llega a su finalidad./ No puedo analizar lo mucho que te amé, sin reírme de mí/”. Este tema me gustaba mucho.
P: Tite, según nuestro amigo cubano aquí presente, el musicólogo Cristóbal Díaz Ayala, “Mi triste problema” tiene una historia que resultaría bueno que la contaras, porque es la historia del regreso de Cheo Feliciano, después de varios problemas y necesitaba temas de mucha pegada. En ese momento Cheo iba a hacer un álbum en donde estaba “Anacaona”, pero le hacía falta un tema para terminar ese trabajo, Cuéntanos esa historia.
R: Massuci, el de la Fania, se mantenía encima de mí, entiendes. Yo soy un vago natural y no sabía cómo hacer para quitármelo de encima…Y un sábado, yo me fui para mi casa, para terminar los temas del LP de Cheo, pero saqué mal la cuenta y me faltó un tema. Entonces llego al otro día y “Mi triste problema” estaba hecho sólo hasta la mitad y tuve que terminarlo allí. Lo entregué rápido porque ese era un tema de relleno, para cerrar el álbum. Y fue el “hit” más grande de ese álbum.
P: Siempre se ha dicho que temas como “Plantación adentro” y otros tuyos demuestran cierta rebeldía del compositor, pero por ejemplo “La Tirana” ¿qué orígenes tiene, cómo surgió?
R: Yo te voy a decir algo…, un secreto de guerra, no se lo digas a nadie. Mira, eso fue que ese tema se llama “El gran tirano” y yo lo escribí para Roberto Ledesma, aquel gran cantante cubano, pero en esos tiempos estaba “muy puesto” con Armando Manzanero y yo pensé, no voy a esperar que él termine, porque él iba a hacer dos álbumes de Manzanero, y entonces yo le cambié a género femenino y le hice “La tirana”, pero se llamaba inicialmente “El gran tirano”, con los resultados ya conocidos, que de ahí para adelante mi vida empezó hasta como está ahora, que es una vida a toda velocidad… O como aquel tema, para Celia Cruz, “Isadora Duncan”. Yo ni sabía quien era Isadora Duncan, pero empezaron a decirme que si yo había visto la película, que interpretaba Vanessa Redgrave. Y yo dije que no había visto ninguna película, porque yo no volví a cine desde que vi las películas “Emmanuel” y “El último tango en París”, porque no creo que pudiera haber más procacidad en el cine. Y entonces, por eso, yo nunca volví a cine. Entonces yo llamé a la cantante Nidia Caro, porque ella tenía una discoteca que se llamaba «Isadora». Ella me sugirió un libro con la historia de todos los bailarines. Estuve leyendo dos días y pico la historia de Isadora Duncan y el personaje como que me enamoró. Isadora Duncan era «La Lupe» blanca. Isadora era una persona muy revolucionaria y «La Lupe» también, porque rompía con toda las normas de la canción e Isadora también rompió con todos los cánones de la danza…Se quitó la ropa en el teatro Bolsoi, de Rusia, bailaba en los cementerios, encima de las tumbas…, murió ahorcada. Entonces el tema lo escribí en cuestión de 30 minutos… y siempre ha sido así. Yo casi nunca me siento a escribir, sino que me llevan a escribir «encadenado», a la »bartola», como una res al matadero… (sonrisas).
P: ¿Cuáles temas tuyos te han dado mayores beneficios económicos?
R: Con «Anacaona» y «Periódico de ayer» fue primer pago (cuota inicial) para mi apartamento. Las otras cuotas me las dieron otros temas, pero esos dos fueron cardinales en cuanto a productividad de dinero, porque mis inicios con ‘La Lupe» no fueron buenos, porque a mí nunca me pagaron los «chavos». Yo pagué la novatada, ¿verdad? Pero como la compañía «Tico», en ese tiempo, era de unos muchachos de Nueva York con los cuales no se podía discutir…(sonrisas), sobre todo si uno no era buen nadador … (sonrisas) y yo no sé nadar … (sonrisas). Era una gente un poco tremenda, pero me dieron a mí la oportunidad, me pararon bolas. Yo me hice con los temas que me grabó «La Lupe». Yo trabajaba de promotor de la compañía, en la calle, con los discos. Ese era mi trabajo después del correo. Yo tenía, en la lista de los «hits parade’, seis temas de esa compañía siempre. Entonces eso fue lo que a Massuci, de la Fania, le hizo pensar que yo o era brujo o convencía a la gente o algo. Pero en ese tema de «La Tirana» fue Pancho Cristal el hombre que, siendo jefe de producción de la «Tico», me buscó el chance de que yo escribiera para «La Lupe». Yo sabía que ella tenía un estilo agresivo, zafio. Yo había hecho un tema llamado «El amo»‘y yo, sabiendo que ella era de mucho arranque, pensé que no me equivocaba entregándoselos. Ella obtuvo muchos éxitos artísticos y económicos con ellos. Después nunca más tuvo temas que pegaron como los temas míos.
P: ¿Cuál tema tuyo es el que menos te gusta?
R: No tengo ninguno que me guste menos, porque son como hijos, todos me tiran igual.
P: ¿Y qué recepción tuvo en Puerto Rico, el Tito Curet Alonso compositor?
R: Aquí, primero, no lo querían creer, porque uno empieza como por casualidad, pero cuando el acopio empezó a producir en grande, que todo el mundo, que tenía un tema mío, pegaba, en ese tiempo hice como 100 temas número uno, entonces ya vieron que no era casualidad, porque lo que se repite deja de ser casual. Entonces yo seguí para adelante, escribiendo. Pero, fíjate, fue el periodismo el que me da a mí las temáticas, o sea que mis canciones son como noticias casi no tienen adjetivos, porque en la Escuela de periodismo, en las clases de redacción, te hacen quitar los adjetivos, te hacen narrar con verbos, te hacen describir con verbos y, por ello, en las canciones yo ya no podía zafarme de ese estilo periodístico de ninguna manera y a todas las canciones mías les pasaba eso: eran como noticias. Yo contaba cosas. Porque la gente siempre quiere saber qué fue, a quién, cuándo, dónde y mis canciones tenían esa misma informática y siempre la tienen. Yo cuento cosas y casos y así es más breve el estilo y va más al grano… Yo en mis escritos introduzco muy pocos adjetivos, a menos que sean necesarios. El adjetivo describe y hace alargar la lírica, en consecuencia hace alargar la música y usted sabe que yo de música no sé tanto para «fajarme» así… (sonrisas).
P: Tite, ¿cuáles son tus lecturas? Las anteriores y las que haces hoy. ¿Cuál es tu rutina de lectura?
R: Yo leo lo que escriben otros periodistas. Yo leo más periódicos y leo crónicas y esas cosas. Yo soy periodista y escribo crónicas de la vida. En cuanto a literatura me gusta más la brasilera, los autores brasileros son los que más leo, Vinicius De Moraes, que ya murió y yo lo conocí en Río, y los cronistas del Brasil, a los cuales considero como los mejores de la América del Sur. Sus técnicas de escribir, su funcionamiento y su retórica, su lírica, son bien buenos. Antes de ser autor de salsa leía a Rubén Darío, novelas de Hugo Wash, leía mucha literatura suramericana, me gustaba Rómulo Gallego, quien era uno de mis ídolos y los autores de la generación del 98, especialmente Azorín, el cual me encantaba por lo breve de sus frases. En las clases de periodismo nos hacían escribir imitando el estilo de Azorín y era una cosa terrible… Actualmente el ser humano casi no lee, porque la televisión, la radio y el cine sacan mucho a la gente de los libros, porque la cámara da todo, pero la lectura tiene la ventaja de que se puede repetir y la cámara o la radio no repiten. A mí me encanta la literatura. Más que leerla, escribirla. Ya yo leí mucho y ahora yo quiero escribir.
P: ¿Tú crees que la Salsa está en crisis?
R: Yo no lo creo. Mira, para tú convencer al viejo mundo y la salsa estar bien en Italia, en España, en París, en Suiza, en países de la América del Sur, como Colombia, Perú, Venezuela y otros como Costa Rica, México, la parte sur de Estados Unidos, que es hispana en cuanto a cultura… En Japón hay una orquesta que viene aquí ahora, que es de japoneses, que cantan en español y sonean, bailan y todo. No saben lo que están diciendo, pero lo hacen. Yo los vi una vez en New York… Eso no puede ser una crisis. Solamente hay dos músicas latinas en el viejo mundo que están bien puestas: la salsa y la música brasilera. Las demás no. El merengue, por ejemplo, que ha hecho mucho, es un ritmo que todavía no tiene la universalidad, porque es un ritmo que es muy uniforme, es difícil contar cosas en un merengue, es la rítmica, porque eso es para bailar, se hace para bailar y es difícil que la gente acepte la lírica del merengue, que la hay muy buena, a menos que sea un fenómeno como la agrupación «4:40» de Juan Luis Guerra Esto ya es un fenómeno que es la poesía de la calle,· de la gente. Yo personalmente, como autor, creo que los autores somos responsables de la problemática de nuestro tiempo. Por eso «Plantación adentro» pinta un problema que no es puertorriqueño, es un problema quizá, yo diría, un tanto amazónico, tal vez. Y por ejemplo lo que dice el tema «Galera tres», que hizo Ismael Miranda, trata de un problema carcelario y hay que estar siempre pendiente de lo que pasa para uno decirlo. Otro caso es el de «Juan Albañil», que pinta un problema social, en el cual el albañil no puede entrar al mismo edificio que fabricó. Son quejas, pero hay que saber cómo hacerlas, porque el tema no dice: albañil ve y métele un tiro. Yo no digo eso. La gente entiende.
P: Tite, ¿qué opinas de lo que se ha denominado la salsa-cama o la balatización de la salsa?
R: Bueno, esa fase erótica yo siempre digo que tiene sus días contados. Ya empezó a palidecer. Porque trata de una cosa, de un aspecto del ser humano que tiene una privacidad extrema. De cosas que se hacen, en una privacidad, que no requieren testigos de ninguna especie, porque si los tuviera no sería lo mismo. Yo creo que el erotismo es una cosa que sucede entre cuatro paredes, es una cosa que no es para el expendio público, porque eso todo el mundo sabe lo que es y cómo es y no hay que decirlo tanto. Este tema del erotismo en la balada empezó así, como te voy a explicar: Al terminar la época de Franco, España se liberó totalmente y entró en una especie de libertinaje lírico y Camilo Sexto hizo entonces unas canciones que eran terribles. Entonces esas canciones, como pegaron por Camilo Sexto, fueron hechas también en música salsa y eso desató una especie de competencia, a ver cuál era más descarado y siguió… hasta el advenimiento de Eddie Santiago, que hizo en salsa las baladas de unos cuantos de ellos y triunfó.
Y como en el mundo del disco nadie quiere inventar nada. Todo el mundo se monta en la máquina que va corriendo, en la que va dando vueltas, en el «Tío vivo», y, consecuencialmente, todo el mundo hizo ese estilo de la balada, permearon la cuestión y ya, realmente, no se sabía a dónde iban a llegar, porque ya están diciendo cosas increíbles. Y eso, a la gente, terminó por no gustarle, porque el que tiene familia hijos pequeños, no va a estar oyendo esa música… Era un descaro…Y ya, lo que te quiero contar es lo que me sucedió en la televisión: me están entrevistando a mí en el canal 7, de Puerto Rico.
Y está hablando conmigo un padre de familia y hay un señor que llama por teléfono y sale al aire su voz. Este señor me dice que por qué los compositores eran tan vulgares, y me incluía a mí, porque yo era de los compositores vulgares, según él. Me preguntó que por qué yo no hacía canciones como «El Niño Trovador», de Tony Croato, que es una canción ejemplar, una canción edificante, que es un tema de gran nivel cultural, son décimas puertorriqueñas. Y yo le dije que no le aceptaba que me dijera vulgar, porque yo, en verdad, nunca he sido vulgar. Yo puedo ser callejero y eso, pero yo nunca escribo nada para ofender la moral de mi pueblo y en cuanto a lo que él decía de Tony Croato y «El Niño Trovador», tema que él tanto alababa, le aclaré que esa canción la escribí yo … (sonrisas) ¡Gol!… ¡Uno a cero! … ¡En el último minuto! (sonrisas). Todo el mundo se quedó perplejo en el estudio porque, a ese señor, le maté el diablo en la funda.
P: ¿Y en esto de la composición tienes alumnos directos o indirectos?
R: He tenido muchos alumnos. Una de mis alumnas principales es Gloria González, una’ mujer a la que ya le han hecho 125 temas. Hay muchos temas de Frankie Ruiz que son de ella, de Andy Montañez, de Carmita Jiménez, de Cheo Feliciano. Es mi alumna aventajada. Yo creo que sabe más música que yo, ahora mismo, pues tiene buena lírica y está aprendiendo mucho sobre la melodía. Ella empezó recibiendo 20 dólares de regalías y ahora anda en «Mercedes Benz» (sonrisas).
P: ¿Qué compositores jóvenes de Puerto Rico te llaman la atención?
R: John Leontí es muy bueno. Peter Velásquez es muy buen compositor y José Nogueras es un buen compositor también. Lo que pasa es que se tienen que cultivar y cultivar la parte lírica del lenguaje, deben estudiar poesía, para saber cómo es la rima porque a una canción un trazo poético no le viene mal. Al menos yo soy así. Busco en dónde colocar una rima bonita y eso… Pero eso hay que estudiarlo, machacarlo, hay que estudiar versificación… Hay que estudiar unas cuantas cosas…Yo las estudié. Yo tuve un buen profesor de literatura en la Universidad, que era terrible, que nos enseñó, a la brava, a hacer sonetos y todos esos asuntos. Y yo se lo agradezco hoy infinitamente.
P: Y del resto del Caribe, ¿qué otros compositores?
R: Yo soy admirador, fanático, loco, de Julio Gutiérrez. Para mí es el mejor autor que dio Cuba, en la música popular. Otros como Lecuona, Gonzalo Roig y otros grandes maestros, hicieron música popular y semi clásica, hicieron zarzuela y música clásica, pero Julio Gutiérrez fue una cosa que si uno lo compara, las cosas que ha hecho Julio en la música y como músico es muy bueno. Buen músico, buen arreglista, buen autor. Hay temas de él que son éxitos inmortales. Me parece que Julio Gutiérrez es el portento más grande que dio Cuba. En la generación del 44 ó 43, a la que pertenecen muy buenos autores como Orlando De La Rosa, Juan Bruno Tarraza, Bobby Collazo, Osvaldo Farrés, pero Julio Gutiérrez es como calidad aparte, ¿me entiende? A Julio hay que hacerle, la comida aparte, porque ese es un maestro increíble, buen pianista, buen director de orquesta y sobre todo muy buen compositor. Bueno no. Bueno es cualquiera, él es excelente… (sonrisas).
P: En una fiesta o en un salón de baile, ¿qué orquesta te gustaría escuchar para bailar?
R: A mí, si me fuera posible, pediría lo siguiente: la orquesta de Rafael Muñoz fue muy buena, pero yo fui un fanático de la orquesta Casino de la Playa, de la Orquesta Lecuona Cuban Boys y de la Orquesta de los Hermanos Palau. Me parece que esas fueron los prodigios más grandes, como orquestas, que dio Cuba en su momento. Otra buena fue la Orquesta de Julio Cueva, que tocaba música como de pueblo y que fue la que interpretó mambo por primera vez… René Hernández fue el que inventó ese asunto, año 44, con un cantante que fue famoso antes que Benny Moré y que se llamó Orlando Guerra «Cascarita». Los soneros más grandes de Cuba que yo he oído son Machito, Miguelito Valdés, Benny Moré y Orlando Guerra «Cascarita». Esos son los soneros mejores que yo he oído de Cuba. Yo no sé cuál será el otro que era mejor que ellos. Ahora, la orquesta mejor de Cuba, de todos los tiempos, fue la Lecuona Cuban Boys.
P: Y de Puerto Rico, ¿Qué orquesta te gusta?
R: La orquesta de Rafael Muñoz que fue muy buena sin duda alguna. Y después la Orquesta de César Concepción que hizo otra época. Hizo aquellas plenas orquestadas y después de eso yo no sé porque ya le dicen orquesta a los conjuntos y entonces ya uno no sabe… (sonrisas), quién es orquesta y quién no lo es… Ahora le dicen orquesta a cualquier cosa.
P: ¿Qué orquesta y compositores le llaman la atención a Tite Curet Alonso?
R: Tú sabes que la Billo’s Caracas Boys fue una orquesta inmortal.
P: ¿Tú crees que Billo le cogió el golpe a la Orquesta de Rafael Muñoz?
R: Eran orquestas paralelas. Continúo con mi respuesta anterior. Blasio Junior era una orquesta del Ecuador muy buena Y en Colombia estaba la de Pacho Galán… (sonrisas) ¡Qué gran orquesta! Eran orquestas clásicas. En Venezuela estaba la orquesta de Luis Alfonso Larraín. Eran orquestas buenas de tipo grande que tocaban jazz y tocaban de todo. Y en compositores de la América del Sur hay muchos y de una fuerza increíble. Si se empieza por Argentina están Discépolo y Alfredo Lepera, grandes autores, que no queda duda de que «hicieron» el tango. De Brasil está Ary Barroso hasta llegar ahora a Antonio Carlos Jobin, que es un prodigio universal. Y en México autores como Agustín Lara, ahora Juan Gabriel, José Alfredo Jiménez el autor nacional más grande de todos los tiempos en México, Gabriel Ruiz y María Grever. Estos fueron muy buenos autores y compositores; que dejaron las bases para que América empezara a brillar en el mundo del canto popular.
P: ¿Cuántos temas calculas que hayas escrito? ¿Y cuántos de ellos están grabados?
R: Yo creo que he escrito un poco más de 3.000 temas. Y grabados como la tercera parte.
P: Los temas los haces para un intérprete en particular o los haces para cualquiera?
R: Casi siempre es ropa hecha a la medida, a pedido. También he escrito temas que no son a la medida, pero a mi me gusta más a la medida. Yo he escrito temas que no son a la medida, como algunos de música venezolana, de 6 x 8, como uno que dice (tarareando): «Aunque tú no quieras,/mi recuerdo te desvela,/la-ra-Ia-Iá…,/, soy la voz para tu vida,/ la emoción que no se olvida,/el cariño que te di,/efectivamente…/” Esta es una de esas cosas de maraquita, cuatro y arpa, de Venezuela. Yo he escrito música de toda clase, que ha sido grabada en España, en Francia. He hecho muchos merengues que han sido «hits» en Santo Domingo.
P: ¿Qué le llega primero al Tite compositor, la música o la letra?
R: Casi siempre la música, a veces la letra. Lo normal es que sea la música e instantáneamente la letra. Eso lo desarrollo en casa, en un pianito chiquito que yo tengo. Mis letras son hechas para que la gente las pueda captar y las digiera en el acto. Yo escribo titulares, que la gente va oyendo, que sean atractivos para que la gente vea lo que está debajo. Yo soy al revés de los periódicos en los cuales los titulares van en tiempo presente y las noticias en tiempo pasado. Mis titulares van en pasado y su desarrollo en presente… (sonrisas).
P: Aparte de las letras para canciones, ¿tienes algún otro tipo de obra literaria?
R: Si. Yo he escrito muchas crónicas. En el diario «El Reportero» yo escribía una sección que se llamaba «La vida misma». Allí escribía crónicas de la vida. Poemas también escribía y escribo todavía. Voy a hacer unos libros con ellos, para empezar a publicarlos el año que viene, porque este año no puedo. Uno de ellos se llama «Carta para una dama». Bueno, en realidad son 15 cartas para una dama, 15 poemas. Hay uno que dice: «Si no se va, señora,/es porque ya se fue./”… (Sonrisas). Otro dice: «Usted quiere olvidarme, / sin saber que el olvido es un equipaje,/que se va con usted./”
Luciano Londoño: Muchas gracias, Catalino «Tite» Curet Alonso por concederme esta entrevista.
“Tite” Curet Alonso: Luciano Londoño, yo te agradezco muchísimo y deseo que te vaya muy bien, al igual que a todos los salsómanos de Colombia.
Nota: está prohibido extraer información de esta entrevista sin previa autorización .
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