RECORDANDO A TITE CURET ALONSO
Por: César Pagano
Don Catalino fue una persona de un talento natural tan inmenso como su bondad, llegó dotado de una magia especial para la música a su terruño en Guayama, tierra de brujos, el 12 de Febrero 1926. El artista nació imbuido de esa rara cualidad que tienen algunos seres, que les brotan las melodías, así como respiran. A él se le ocurrieron tantas, que se dio el lujo de desechar en sus comienzos centenares de ellas, porque simplemente en sus propias palabras «no había encontrado el estilo apropiado.»
Su cultura se despertó y creció según nos lo contaba a Cristóbal Díaz Ayala, a Luciano Londoño y a mí, con lecturas dispersas pero escogidas, a las cuales lo llevaba su afán de conocer muchos temas y enigmas de la vida y la historia en Puerto Rico y el planeta.
Otra forma preferida para acceder al conocimiento, la tuvo en la costumbre de aplicar la intuición que también tuvo Miguel Matamoros, al hablar con los mayores, esos seres extraños que entre arrugas, sapiencia y nostalgias, resuelven problemas, enseñan sobre los seres y las cosas y brindan los consejos oportunos que jamás estorban.
Y el mismo Curet parece haber tenido la disposición consciente de usar con intensidad y profundidad su curiosidad y su poder de observación para elaborar sus propias y bellas deducciones, muchas de ellas traducidas en sonoridades que hoy medio continente canta.
Su primer contacto con Colombia parece que ocurrió a través de su maestro inicial de música. Un señor llamado Jorge Rubiano, quien vivía en San Juan cuando Tite sintió la necesidad de aprender el solfeo y la música escrita…
Curet Alonso dejó su huella como un trabajador responsable y abnegado en los Correos de Puerto Rico y supo aprovechar sus ratos de descanso para escribir sus cuantiosas y hermosas inspiraciones que poco a poco conocería América y el mundo.
Entró en 1965, al ruedo de los compositores con untema bailador como Efectivamente, pero lo que conmovió a la opinión pública después de tres años, fue un bolero tremendista como La Tirana, que empieza a hacerlo célebre en buena parte, La Lupe con esa soberbia interpretación. «Pero a esa edad se sabe muy poco de la vida. Yo quería entrar con pie seguro y conectándome con el público.»Pensé que ella podía ser mi interprete ideal porque Tirana o Puro Teatro estaban hechas para su personalidad agresiva, controversial y sentimentalmente violenta.» Eso ledecía El Tite en una entrevista a Luciano Londoño. «Yo sabía eso por el periodismo, que lo chocante gusta…La Lupe fue mi hada madrina. Después Almodóvar la llevaría al cine en Mujeres al Borde de un Ataque de Nervios.
Tite Curet inspirado compositor, inquieto y alegre viajero, testigo de nuestro tiempo, quien amó estos países y se interesó por sus problemas y sus soluciones, todo lo que quedó plasmado en su inocultable admiración y seducción por Brasil, su simpatía permanente con Colombia Pa Colombia con Willie Colón, su esfuerzo de consejero para que los ritmos de Curazao se pudieran adaptar e internacionalizar, su vínculo sólido y constante con Venezuela, son algunas de las demostraciones de su vocación humanista y latinoamericana. Extrañamos su enorme sapiencia y capacidad privilegiada que le permitió abordar variados temas para crear sus composiciones.
He aquí la evocación de algunas de sus obras deliciosas y de contenido que permanecen con su perfume original y sabor contemporáneo: El Son Amoroso: La Flor de los lindos campos, Barrunto, Porque Adoré, Marejada feliz, La Cura, Periódico de ayer, El Guaguancó curetiano: Guaguancó del adiós, Vale más un guaguancó, La Esencia del guaguancó, La Rumba-son: Distinto diferente, Sorongo, Siempre estuvimos aquí, Salí porque salí, Felicitaciones, Planté bandera, Primoroso cantar, El Canto Social: Plantación adentro, Pa´los caseríos, Los entierros, Pueblo Latino, Las caras lindas, Mi música, Anacaona, Cantos a la amistad: Juan Albañil, Mi amigo Pedro, Añorando a Miguel, Homenaje a Juan Lockward, La Santería: El hijo deObbatalá, Ae Cumayé, Wakamba, A mi pai Changó Y el inefable bolero que le brotaba generoso a este hombre esencialmente romántico Tiemblas, Temes, La tirana, Puro Teatro y Carcajada final.
El mismo Tite explicaba «de que callada manera» le brotó esa fantástica cosecha de obras musicales: «Soy muy cuidadoso y no complico la música ni las letras. Hay que saber de ritmo y de clave, pues la clave es el rigor de la música. Quien quiera atreverse a escribir debe ser sencillo y lograr desarrollar un estilo personal para que lo identifiquen por eso. La vida misma le va brindando a uno los motivos. Escribir sin tener que decir conduce al disparate. Después del arranque inicial, la fama viaja y recibes muchos encargos y distinciones. He recibido premios en países como Brasil, Colombia, Venezuela, pero en Puerto Rico no, porque nadie es profeta en su tierra. De sus obras de hondo sentido histórico, tan raras en los compositores actuales, conmueve su solidaridad con nuestros ancestros en la historia de América, plasmados con un optimismo indomable en su inolvidable.»
Anacaona:
Oh Borinquen, la tierra del Edén,
Tú eres mi Anacaona
Anacaona, lamento de Anacaona,
Puerto Rico,
La perla de los mares,
Para ti mi rumba ahora.
En Curet Alonso sentimos a Puerto Rico representado con inteligencia, con imaginación, con nobleza, incluso con esa jovialidad inmensa, todo lo que constituye un legado precioso y altivo, que debiera ser ejemplo de generaciones, para que el mensaje profundo y de unión nos siga cobijando a todos los latinoamericanos y caribeños.
En otro aniversario de su desaparición se nos aviva el recuerdo ahora, más vivo y más fácil de mantener contando con un libro valioso como el que hoy se presenta a la a luz pública y que es fruto de la paciencia, las vivencias y del amor profundo de una persona noble y persistente como es Norma Salazar.
Un abrazo por el espacio de este continente desde Colombia para Tite Curet, para Norma, para todos los boricuas que admiran, difunden y fortalecen su sueño.
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