ESTAMPAS DE CUBA
Por: María Argelia Vizcaino
«Quien haya visto a un alemán o a un norteamericano anglo bailando salsa notará que les falta algo». ISRAEL SANCHEZ COLL (Antología de la Salsa Clásica de los Setenta)
¿Qué clase de Salsa bailamos?… Muchísimas veces me han preguntado qué clase de Salsa yo enseño a bailar y me he quedado muy intrigada, porque para mí que vengo de donde nació esta forma bailable del ritmo son, creía que sólo existía una sola que en mis tiempos en Cuba llamábamos «Casino». A través de más de una década enseñando a bailar, viendo que cada día se hace más famosa esta modalidad danzaría, me he dado cuenta que muchos jóvenes en Estados Unidos encuentran diferentes tipos de Salsa, entre el estilo cubano, el colombiano, el neoyorrican y otro bien disparatado que le llaman «Salsa-Mambo».
Para poder entender estos puntos de vista he tenido que mirar serenamente a los bailadores del mundo, y tratar de olvidarme que yo soy cubana criada entre «casineros» (bailadores de Casino que aprendí a bailar mucho antes que en N.Y. le llamaran Salsa). Para adentrarnos en el tema tendremos que definir que cosa es «Salsa», sin elaborar un trabajo enciclopédico ni meternos en complicaciones históricas ni etimológicas que les tengo para un trabajo aparte. Para definirlo he escogido las palabras de alguien bastante neutral, el profesor Laurent Valois, francés, investigador y coleccionista de música, que ha creado la página www.mayumbero.fr.st/, y que sencillamente ha dicho al respecto: «La salsa no es un ritmo, si mucho, es un género musical que utiliza ritmos cubanos.»
Esto coincide con mi opinión de que Salsa es lo que llamaron en New York al principio de la década de 1970 a la mezcla de ritmos cubanos que en nuestro país se hicieron famosos gracias a la fundación de la radio en 1922. En ese entonces le nombraban guajira-son, rumba-son, son-guaguancó, son-pregón, etc., respetando el nombre de su forma básica. También en New York y otras partes del mundo han usado el vocablo Salsa para nombrar a ritmos bien definidos como el Mambo, el Danzón, la Rumba, el Chachachá, la Pachanga, que son distintos entre sí y se bailan cada uno de diferente manera y que cualquier cubano bailador de antes de 1969 podía reconocer por su nombre propio. Pero la base fundamental de lo que en la ciudad de los rascacielos llamaron Salsa está en el ritmo del son cubano, aunque le agreguen diferentes instrumentos y utilicen mezclas con otros géneros musicales y cada orquesta le dé un sonido personal, sigue siendo 100% música cubana y en Cuba se bailó mucho antes que en cualquier parte del mundo.
Observando lo que nombran estilo colombiano ví que no es otro que la forma que conocieron en Colombia para bailar la música cubana, lo más probable de cuando fue la Sonora Matancera en la década de 1950 porque la agilidad que despliegan en sus pies sin dar vueltas y bailando separados, es lo que se hacía en Cuba en esos mismos años con la música que sacaban las sonoras y lo que se bailó después cuando se popularizó la Pachanga.
La llamada salsa neoyorrican es el estilo que adoptaron los puertorriqueños y latinos de Nueva York a principio de la década de 1970 con la influencia del Conjunto de Arsenio, más la Pachanga de Davison y las descargas jazzistas a lo Cachao, antes de que los artistas locales como Palmieri pusieran lo suyo; lo que nos trae un baile movido desde la cabeza a los pies como las rumbas, que a un Casinero le parece desorganizado y los pies cruzados, es que las orquestas de la ciudad de los rascacielos mezclaron los ritmos cubanos con el jazz y esto no permite mantener la misma forma de baile, de ahí que se acostumbraron a bailar sin coordinar la velocidad con el ritmo o la melodía, como hacían los bailadores cubanos de mi época o los boricuas, los caleños y los venezolanos.
No pasa lo mismo cuando el estilo es puertorriqueño que se parece al «casino» cubano con menos floreos, porque no tienen los pasos derivados del Guaguancó y la Columbia, influencia netamente habanera que vemos igualmente en bailadores europeos específicamente de Barcelona, Madrid, Suecia, Francia e Italia.
El estilo venezolano tiene gran influencia de las orquestas Sensación Latina y en especial de Oscar D’León que están basados en las enseñanzas de Beny Moré y su Banda Gigante, y en Cuba en la década de 1960 le llamábamos baile Casino con Son Montuno, donde las rodillas había que flexionarlas más y era menos rápido y algo más simple que el baile Casino común. La Salsa estilo suramericano y centroamericano es influenciada por el baile Cumbia, de ahí que brinquen un poco y muevan los brazos al mismo tiempo que los pies como se hace en el Merengue y en las Rancheras, lo que en Cuba le decimos «sacar agua».
Hay una forma muy norteamericana que para mí es demoledora, a lo que le decimos con sorna «matadores de cucarachas» ya que bailan robóticamente como una marcha (1,2, y 3), y no entienden que para bailar hay que escuchar la música por eso machacan los pies con fuerza. De este estilo sale la variante «ballroom» que igual a la mayoría de los neoyorrican de la década de 1990, dan muchas vueltas y no marcan con el ritmo (no así los neoyorrican de antes que bailaban tan bien como los boricuas, sin preocuparse por la coreografía sino ir con la música). Todo esto ocurre porque le prestan mucha atención a las vueltas, se las aprenden de memoria, y el bailador no puede improvisar los pasos de acuerdo a la música que escucha, porque en realidad es un robot. Esta manera de bailar es por estar mal orientados por otros que no sabían donde poner las piernas o porque la mezcla del son con el jazz quieren bailarla de igual forma. Dice el excelente investigador boricua Israel Sánchez Coll en su trabajo titulado Antología de la Salsa Clásica de los Setenta (www.oasissalsero.com) que «eso es porque no siente la clave. La clave de la salsa y su perfume melódico del montuno, nace y se percibe desde adentro del pecho».
En Costa Rica existe un video que venden para aprender a bailar Salsa con el nombre Merecumbé, y enseñan peor que los robots norteamericanos, porque cuentan cuatro tiempos lo que generalmente se hace a tres tiempos o seis. Es como si marcaran el paso original de la Conga cubana, que han copiado en la década de 1990 para bailar la bachata dominicana. Lo peor es el término «Salsa-Mambo», quien lo inventó con seguridad a la hora de bailarla no sabe nada ni de Salsa, mucho menos de Mambo.
Cualquiera de estos estilos puede ser bueno para el que así lo crea, es la evolución que ha tenido aquel baile que nació en el oeste de la capital cubana a finales de la década de 1950, demostrándonos que el baile estilo “Casino” se ha desarrollado por el mundo de acuerdo a la orquesta que esté tocando y al autollamado maestro que lo esté enseñando.-