ENTREVISTA: ISRAEL LOPEZ «CACHAO»

Por: Cesar Pegano – Publicada en 2009

En el mes de septiembre del presente año se llevó a cabo, en la ciudad de Barranquilla, el Festival más importante de Colombia y el Caribe, “El BarranquiJazz”; evento en el cual participaron grandes artistas de la música Jazz y el Latin Jazz como Israel López “Cachao”, Eddie Palmieri, Justo Almario, Alex Acuña y Edy Martínez, quien fue el homenajeado especial en la noche de celebración de los 10 años de creación de este importante festival.

También es importante resaltar la participación de algunas agrupaciones poco reconocidas en nuestro medio, pero que permitieron al público presente en los diferentes escenarios, el deleite y el disfrute de su excelente calidad musical.

Más de 150 artistas alegraron las noches en el del Teatro Amira de la Rosa y en el Parque de La Paz, entre ellos el violinista uruguayo Federico Britos; el pianista de jazz, Kenny Barron; Rumbatá Big Band de Holanda y agrupaciones renovadoras como Bahía de Cali y Puerto Candelaria de Medellín.

A continuación presentamos la entrevista realizada el pasado 16 de septiembre del año 2006 a uno de los grandes maestros de la música: el señor Israel López, más conocido como “Cachao”. (Hora 5:30 p.m. Hotel del Prado)

Cachao es un personaje natural de La Habana, Cuba. Es el menor de tres hijos, ha sido compositor, director de orquesta y contrabajista y hoy, a sus fecundos 88 años, este personaje aún sigue convocando personas con su arrollador talento, ya que su trayecto musical le ha permitido tocar en más de 250 orquestas a través de toda su carrera.

C.P.:¿De dónde sale el célebre apelativo de Cachao?.

C.: De Aurelio López, mi bisabuelo que era andaluz y utilizaba mucho el cachondeo, la broma. De cachondeo sale “Cachao”, como si fuera un apellido. Y yo lo tengo como denominación artística. ¡Eso suena mejor!.

C.P.: ¿Cuándo empezó a desarrollar esta profesión?

C.: Yo empecé en el año 1926 a tocar, pero a los ocho años de edad comencé bajo la orientación de mi padre y mi hermano mayor.

C.P.: ¿Es cierto que usted nació en la misma casa en la que nació José Martí y es cierto también que el día del cumpleaños se formaba un problema?.

C.: Si como no, ahí nacimos todos, en la calle Paula l02 y en el barrio Belén de Cuba. Todos los años ocurría una verdadera peregrinación. Mi familia ha vivido mucho tiempo allí y todos los años, el 28 de enero, cuando se conmemoraba el nacimiento de Martí, teníamos que dejar la casa para la visita de los escolares y sus profesores. ¡Imagínese usted!. Teníamos que abandonar la casa después de pintarla cuidadosamente.

C.P.: ¿Tiene qué ver con la canción “A la Loma de Belén”?

C.: Casi, casi. Eso fue en el año 20, dos años después de haber nacido yo cuando empezaron con la Loma de Belén y todo eso. (Riéndose)

C.P.: Hablemos de sus hermanos músicos.

C.: De Orestes, Coralia y yo. Orestes era un hombre bueno, el primero de la familia y un ejemplo que yo quería imitar pues era mi ídolo. Entre mi hermano y yo hicimos un promedio de tres mil danzones, mil quinientos él y mil quinientos yo. En una semana hacíamos hasta veintiocho danzones. ¡Eso era mucho! y llegó un momento que eran demasiados, por ejemplo cuando surtíamos la Orquesta de Arcaño y sus maravillas.

¿Le cuento una anécdota? Cuando eso yo fumaba cinco paquetes diarios de cigarrillos mientras escribía música. Yo iba a levantar el lápiz y me lo ponía en la boca y el cigarrillo en la oreja. ¡Cosas de muchachos!. Entonces mi hermano reía y me decía “Te vas a quemar un día de estos, pon más atención”.

C.P.: Qué agrupaciones recuerda de sus primeros años?.

C.: Sí, existían muchas orquestas en aquella época. Estaba Belisario López, Antonio María Romeu, la Orquesta Gris, la Orquesta de Cheo Belén Puig, la Orquesta Ideal, la Orquesta Melodías del 40 y los conjuntos de Arsenio Rodríguez, Conjunto de René Álvarez, el Septeto de Alfredo Bologña, el Sexteto Occidente ,El Septeto Nacional, Septeto Habanero, Septeto Favorito, Septeto Botón de oro, siempre Septetos. Mi hermano Orestes fue el primero que le puso trompeta a los septetos cubanos con su Septeto Apolo y es en el año 1926, cuando graba para la RCA Victor. ¡No fue la Sonora Matancera la de la primera trompeta, como se dice por ahí¡

C.P.: Y usted se inicia profesionalmente con cuál orquesta?.

C.. Yo realmente me inicio en el son. Era percusionista bongocero de una agrupación infantil, en la que nos divertíamos mucho. El director, un muchacho de 14 años del que seguramente tienes que haber oído hablar, Roberto Faz, nacido en Regla quien llegaría a ser uno de los mejores soneros y boleristas de Cuba.

A mis doce años llegué a tocar en la Orquesta Filarmónica de la Habana durante treinta años, con directores desde Pedro San Juan hasta Erick Kleiber.
Trabajé con Ernesto Lecuona en tres temporadas, con Gonzalo Roig y con Rodrigo Prats. También trabajaba ópera y zarzuela en la opereta y en el ballet. Alguna vez acompañamos a Renata Tebaldi, Ezzio Pinza y Mario del Mónaco.

Un Chiste: Alguna vez una soprano que sentía al bajista sin el ritmo adecuado se le acercó y le dijo: maestro ¿6×8? y él le contestó: 48.

Yo por ejemplo, tocaba un concierto de frac “parecía un pingüino con eso”. Cuando terminábamos el concierto íbamos al baile, ¡fíjese usted!, me quitaba el frac y me ponía una camisa guarachera que era lo que se usaba. Si me aparezco de frac al baile, me matan, porque eran dos ambientes completamente diferentes.

C.P..¿En qué momento participó usted en el cine y de qué manera?

C.. Eso fue en el año treinta donde yo tenía siete presentaciones diarias. Primero yo acompañaba el cine silente con Bola de Nieve donde tratábamos de producir los sonidos según el argumento de la película. Había un ayudante que se emborrachaba y empezaba a hacer como ochenta tiros con una sola pistola, parecía una ametralladora y claro, el público se daba cuenta y se reía. Desde los años 30’s, las películas tenían su banda sonora y ahí terminan todas las orquestas del cine silente que había en ese momento. Ese acontecimiento nos obligó a hacer los bailes para poder vivir.

C.P: ¿Con cuales orquestas populares empezó a tocar los bailes y los danzones?

C.: Con la primera orquesta que toqué se llamaba Orquesta de Marcelino González, una orquesta también de muchachos. Tenía doce años y en ese año empecé con Marcelino a tocar bailes. Después de Marcelino vino la de Antonio María Romeu. Yo también trabajé con Pablito Quevedo que también muere muy joven de una enfermedad. La orquesta se llamaba “Los Caciques”. Es un misterio saber porqué no grabó, ya que era un ídolo en La Habana y la verdad es que las grabaciones no eran muy fáciles en aquélla época, porque se grababa en Cuba y se iba a hacer el disco en Nueva York o en New Jersey. Así grabaron Matamoros y María Teresa Vera con su Sexteto de Occidente, que a la gente le parecía raro que una mujer dirigiera, pero ella era una persona muy dulce e inspiraba respeto. Era encantadora y tenía una voz única, como la de Barbarito Díez. Yo inauguré la CMQ que después se convirtió en Radio Suaritos

C.P.: Cuéntenos un poco del espíritu que animaba a los integrantes de la Orquesta Arcaño y sus Maravillas del Siglo.

C.: Éramos jóvenes inquietos con ganas de renovar la música, nos estábamos preparando y queríamos ir más allá de los danzones tradicionales. El pianista Jesús López, era muy original. Ulpiano Díaz con excepcionales cualidades rítmicas. Mi hermano y yo éramos los compositores. De ahí sale el Mambo y otras nuevas e interesantes obras.

C.P.: Quiénes eran los violinistas de aquel tiempo?

C. Bueno, teníamos a Elizardo Aroche y Raúl Valdés.

C.P.: ¿Virgilio Diago no tuvo que ver?

C.. Si como no, yo lo conocía. Virgilio estaba en la Orquesta Maravillas del Siglo, pero tenía una particularidad: era músico sinfónico y concertista.

C.P.. ¿Cuál es la mejor época de Arcaño?

C.: Bueno, estuve con la orquesta doce años. En ese lapso de 1937 a 1948, ¡que fue cuando yo me fui¡, la orquesta era díficil de igualar. Fue la mejor época que tuvo la Orquesta de Arcaño, porque ensayábamos mucho, estrenábamos obras y todavía estaba mi hermano Orestes, Jesús López, Ulpiano y yo. Todos después se fueron de esa orquesta e incluso, Arcaño no pudo tocar más por el problema muscular en su labio, y es ahí cuando busca a José Fajardo y a José Antonio Díaz, a quien llamaban “El Cojo”. ¡Ya fue diferente¡.

C.P.: ¿José Antonio Díaz tocó con Romeu también?

C.. Tocó con Romeu la mayoría de las veces y con el último que trabajó en Cuba fue con Barbarito Díez. A pesar de su limitación física, jugaba pelota y corría con sus muletas. Era muy cómico. Yo nunca había visto eso. ¡Imagínese la escena!
Entre otras flautas extraordinarias encontramos la de Aurelio Herrera, “Panchito flauta mágica”, cuyo nombre en realidad era “Panchito Labat”. Tenía muy buen sonido. Ah! Era una época formidable. Sí, ¡Uhhh¡ formidable, estaba Alfredo Brito, también con bello sonido y hermosas composiciones.

C.P:. ¿ Maestro, conoció usted a Roberto Ondina?

C.: Sí, trabajamos juntos en la Orquesta Filarmónica. Él era fabuloso. Era uno de los mejores flautistas del mundo. Cuando el Maestro Kleiber estaba dirigiendo la “Sinfónica de Filadelfia” fue a Cuba, y oyó a Ondina. Hay una obra de Ravel que él tocó muy bien y se la hizo repetir diez veces diciéndole: Maestro, ¿es que estoy tocando muy mal? Y él le contesta: “No señor, es que quiero oírlo porque está tocando muy bien” y le ofrece una plata para irse al extranjero a trabajar. En aquella época no se pagaba mucho en la Filarmónica de Cuba. No obstante la tentadora oferta no logró convencer a Ondina de viajar porque pensó que, bregar con el idioma inglés y además el ambiente, era muy pesado por la discriminación que estaba muy fuerte .

C.P:. En Arcaño, ¿De quién es la idea de incorporar música de los EE.UU. como por ejemplo la de Broadway o Rapsodia en Azul de George Gershwin?

C.: Bueno sí, un danzón mío que me inspiró Broadway como en el año 48. Cuando estuve la primera vez en EE.UU. y en New York paseando por Broadway, me maravillé y entonces le adicioné algunas melodías. Bueno, en la primera parte tenemos Aleluya (tararea), la segunda tiene algo de Gershwin y la última parte de Jerry Roll Morton. En otras obras, colaborábamos todos para hacer esos arreglos.

Mi hermano dice: “No sabemos porqué la gente y la juventud en especial, aceptaba todo eso, todas esas locuras que son del Mambo”.

En el año 1937, hicimos un ritmo tan rápido que la gente no podía bailarlo, porque era la época del romanticismo, ¡Ellos no bailaban eso¡, entonces acordamos reducir la velocidad, hicimos Mambo-Danzón y ya la gente si lo bailaba. Pero en el año de 1946, Dámaso Pérez Prado, hace una música de Mambo, la organiza con metales, saxofones, trompetas, trombones y ritmo completo. Pero, entonces hay una cosa que yo quiero aclarar: ni Pérez Prado ni yo, tuvimos nunca una controversia, por el contrario, éramos buenos amigos.

C.P:. ¿Ustedes no pensaron en demandarlo por utilizar el nombre de Mambo?

C.: No, no, no. Pero, ¿por qué? En realidad lo que sucede es que si no es por Pérez Prado, el Mambo no se conoce en el mundo. Es una cosa que hay que agradecérsela a él. Gracias a él, el Mambo tuvo éxito.

C.P. ¿Porqué eligen ustedes al señor Antonio Arcaño como el Director de las Maravillas del siglo?

C.. Bueno, en ese momento Arcaño estaba mejor preparado que nosotros para hacer las negociaciones, porque el músico generalmente no es comerciante y es muy malo haciendo comercio. Pierde dinero. Arcaño era más diligente con eso y efectivamente fue el que llevó la orquesta hacia el puesto que tuvo.

C.P:. He sabido que pretendían crear un cierto oligopolio de orquestas con el cual pretendían manejar el mercado de La Habana ¿Fue Arcaño el de la idea de crear los Tres Grandes?

C.: Más o menos decían eso, pero el lema salió de la Segunda Guerra Mundial: “Churchill, Stalin y Roosevelt” ya que estaban de moda esos grandes políticos. Los Tres Grandes musicales eran: Melodías del 40, Arsenio Rodríguez y Arcaño y sus Maravillas. Figúrese, la competencia era tremenda.

En 1949 inauguré el gigantesco Teatro Blanquita (hoy Llamado Carlos Marx), que se hizo a capricho del millonario Ornedo, el cual, le puso columnas de colores (parecía una barbería) y una pista de hielo, que era terrible para tocar allí, por lo frío.

C.P:. ¿Cómo percibió usted la llegada de nuevas orquestas, como por ejemplo, la Orquesta Aragón?

C:. Si, muy buena la Orquesta Aragón. Se crea también la Orquesta América y las dos compiten con el Cha cha chá; sin embargo, tiene más éxito la Aragón porque presenta mejor ritmo, a diferencia de las otras. Luego se vuelve una orquesta especialista y entonces sobrepasa a la Orquesta América y por ello La Aragon le da la vuelta al mundo.Esto hizo que la Orquesta América fuera bajando porque todo el mundo prefería escuchar a la “Orquesta Aragón”.

C.P:. He oído que Cristóbal Díaz Ayala, América y Jorrín se dedicaron un poco a debatir en México, dejándole así el campo abierto en Cuba a la Orquesta Aragón?

C:. Cierto, así fue. Además, la Aragón tenía la gran flauta de Richard Egues quién acaba de fallecer el 1 de Septiembre en Cuba. Él era formidable. Él me interpretó una pieza que grabó conmigo y le quedó muy bien: “Sorpresa de flauta”. Él fue el primer clarinete solista de Santa Clara, porque era clásico y además era pianista.

C.P:. Aparte de Arcaño y sus Maravillas, ¿Qué otras charangas califica usted como bien afinadas?

C:. Habían muchas, como “Los Caciques de Ciro Llerena”, donde cantaba Pablito Quevedo. La orquesta de Valedor y un gran número de orquestas que desaparecieron, incluso hubo algunas que no duraron ni una semana.

En el año 1949 yo me alejé de Arcaño para tocar con una orquesta sinfónica que interpretaba toda clase de géneros. En esa época inauguramos el “Hotel Habana Rivera” era como el año 57. Estuve cinco años hasta el 62, y luego me fui para España.

C.P:. Maestro, ¿Cómo surge la idea de las descargas? ¿Qué fue lo que lo motivó a usted para eso?

C.. No, eso fue una cosa de ocasión, en el 57 dije: ¡Vamos a hacer esto a ver que pasa¡ Cité a todo el mundo a las cuatro de la mañana e íbamos grabando hasta las nueve de la mañana. Hicimos en cinco horas todo eso que oyeron ustedes, de ahí en adelante; pero no lo hicimos con la idea de que fuera un negocio. La intención verdadera, era innovar y tocar lo que nos gustaba. Después de todo eso nos dijimos: ¡Vamos a escondernos todos porque nos van a matar¡ Y contra lo esperado les gustó.

C.P.: Cuando usted se va de Cuba hacia España, entiendo que trabajó con Ernesto Duarte. ¿Es cierto?

C:. Naturalmente, yo participé en la Orquesta que se llamó “Sabor Cubano”, así se llamaba y Madrid, era el punto clave de nuestras actividades. En España, estuve desde el año 62 hasta finales del 63. Casi dos años. No grabamos porque Ernesto Duarte tenía mucho trabajo, pues fue nombrado jefe de la RCA Víctor y tenía que ocuparse en otras actividades.

C.P.: ¿Con Machín trabajó allí en Madrid?

C.: No, con Machín trabajé en Cuba, en la vieja época. Teníamos dos trabajos: en una funeraria y en una venta de guarapo. El de la funeraria decía: “Si algún día se le ocurre morirse y se muere, pida su tendido a la Funeraria Fuentes. Ésta es la mejor vida de muerto posible”. ¿Sabes lo que es eso?, es más, teníamos un libreto especial para la calle por donde iba el funeral. Y el de la fábrica de guarapo decía: “Tome el mejor guarapo hecho con cañas especiales”. Jmm!! que va, eran cañas comunes y corrientes. Ese era Machín, estuvimos como tres meses. Luego se fue a Europa después de triunfar en los Estados Unidos.

C.P:. ¿Es cierto que usted ha participado en Orquestas de Tango?

C.: Sí, También estuve con Libertad Lamarque dos años. En Nueva York, yo la acompañaba y cuando estuvo en Miami también. Así mismo estuve con Aceves Mejía de mariachi.

C.P:. ¿De mariachi?

C:. Sí, usé el traje de mariachi. El sombrero no era de los buenos, no era de piedra sintética sino de ésas de la calle. Pesaba mucho; sudando, sudando y el sombrero pesando. Luego dije: “¡No!, se acabó el mariachi para mí”. (ríe)

C.P:. ¿Qué diferencia fundamental encuentra usted para interpretar el bajo en la música cubana y en el Jazz?

C.: Eso son cosas diferentes, distintos estilos. El Jazz hay que tocarlo de una forma y la música criolla de otra. Tiene uno que pensar en todo momento que una de ellas es americana, tiene que sentirse compenetrado con esa cultura, porque si no, ¡vaya! “La toca uno, pero no la siente”. Eso da mala impresión, no se oye como uno quiere y todas esas cosas. Yo he tocado toda clase de música, hasta la música griega que es tan difícil, pues tiene compases muy complicados de 10×8 que no los entienden sino ellos.

C.P:. Usted tiene un estilo muy personal porque no es solamente en la digitación admirable que tiene o el dominio del arco, sino que utiliza el contrabajo como instrumento de ritmo

C.: Claro, hago mis cosas como si fuera una tumbadora o un bongó y formo un lío tremendo y después de ahí hasta lo golpeo. Son travesuras que dan variedad. Aparte de eso, yo creo que no hay que tocarlo así con seriedad. Hay que moverse y ponerle sabrosura y humor.

Cuando llegué a los Estados Unidos grabé con mucha gente. Con Joe Quijano, Machito,Tito Rodríguez, Charlie Palmieri. Después grabé con mis propias agrupaciones en donde, por ejemplo, hay un disco que tiene “Walpataca” (palabra inventada por mí) “El Caballo de Tom Mix” y “La Pausa de Cachao”.

C.P:. (Pregunta Jaime Andrés Monsalve). Al momento de usted componer ¿lo hace con el contrabajo o con el piano?

C.: La mayoría de las veces no necesito de ningún instrumento. Uno puede componer sin sonar un instrumento. Hoy es más fácil grabar una melodía porque se coge la grabadora y se deja el registro; pero antes, había que tenerla en la mente y a veces a la media hora uno se preguntaba: ¿Qué era lo que yo estaba cantando?. Se iba la inspiración y a lo mejor no vuelve nunca. Hay que dejarlo ahí y a lo mejor, un día, el menos pensado, usted dice: “Tengo aquí guardado este recuerdo”. Es increíble lo que hace la mente con la composición. De pronto responde de nuevo la inspiración.

C.P:. ¿Qué piensa sobre la muerte?

La verdad es que cuando uno tiene cierta edad se va preparando. Cualquier cosita que uno siente a veces y cree que llegó el momento.
Yo estuve muerto diez minutos hace dos años. Me sentí en un lugar desconocido para mí, muy frío, rodeado de montañas, de nieve y yo, congelado en medio de ellas. Pero no estaba incómodo. Nada del túnel ese que hablan. Me salvó un primo de Andy García, quién es médico y después de examinarme dijo: ¡Está muerto¡. Luego me puso una inyección y me revivió. De eso sólo me enteré hasta el otro día.

C.P:. ¿Cuál es su fórmula de vida optimista?

C:. Desde que nací eliminé el mal humor. Pase lo que pase, hay que reír y vivir sin preocupaciones. Hay que tener paciencia. Yo soy el rey de eso y tocando me olvido de todo.

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